Dos niños, uno de ellos vasco, estan subiendo en bicicleta una
cuesta bastante empinada. El vasco esta sudando, pero el otro esta absolu-
tamente machacado, con la lengua fuera y con claras señales de estar
teniendo calambres. Cuando han llegado a lo alto, el destrozado le dice al
vasco, entre jadeo y jadeo :
– Oye, vaya cuesta, no ?
El vasco contesta :
– Ya te digo, estariamos todavia en el fondo de no haberla subido
con los frenos puestos.
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